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SHAMUNABLOG

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Las verdades ocultas por milenios hoy a su alcance


EL MISTERIO DEL DINERO - Primera Parte

Publicado por Rodrigo Miño Colina activado 2 Febrero 2024, 10:14am

EL DINERO y SU MISTERIO

Si no sabemos disfrutar de la vida es como si nos muriéramos de hambre.

Debemos estar dispuestos a cambiar, debemos aceptar que hemos de replantearnos algunas cosas y que tenemos que soltar lastre para avanzar ligeros más rápidamente hacia un único objetivo realmente importante: “ser cada día mas felices y propagar mas felicidad a nuestro alrededor”.

Es preciso que tengamos bien clara que dirección queremos tomar.

Debemos dejar de ser lo que los demás esperan que yo fuera y comenzar a “ser yo mismo”.

El camino de la felicidad no es un camino duro y difícil, es un camino de expansión, de auto expansión.

Si no estás contento con tu fortuna es que no estás contento contigo mismo.

Nadie va a cambiar por ti mismo y nadie va a cambiar tu fortuna.

Tu fortuna depende directamente de tu prosperidad, y esta no es sino una expresión de ti mismo.

La vida es una maravillosa ocasión para descubrir qué es la riqueza y para disfrutarla.

El dinero es un medio para ser feliz. Lo único que debes aprender es a realizar tus sueños y expandir y manifestar tu Yo Superior.

El primer paso para entrar en el camino de prosperidad es abrirse a ella.

  • La primera regla es que te deshagas lo antes posible del miedo a perder. Esto es lo más negativo.
  • La segunda regla es aprender a estar en tu sitio y trabajar con amor. Desempeñar un trabajo que ames y en el que puedas volcarte de corazón.
  • La tercera regla es dar. Aprende a regalar con desapego y con satisfacción y disfrutar porque haces felices a otros.

El segundo paso es creer en ellas, experimentar en persona. Ponerlas en práctica.

EL FUNDAMENTO

El dinero es una poderosa energía.

El dueño de toda riqueza es Dios y si la deseas se la has de pedir a EL (Oración Científica). No hay otro secreto.

Tienes derecho a disfrutar de la herencia paterna: “ser rico y próspero no es ningún pecado”.

El pecado es basar tu riqueza sobre la pobreza de los demás o no ser capaz de compartirla amorosamente.

Aquello que crees tener, en realidad te tiene a ti.

Debemos ser buenos administradores de los tesoros que Dios nos ha confiado.

Si llegas a considerar tu fortuna como un préstamo, siempre serás rico.

Cuanto más y mejor estés con Dios, mayor será tu prosperidad.

  • Ve a Dios en todos tus semejantes.
  • Cuando compres algo imagínate que estás dando a Dios unos trocitos de papel a cambio de algo que te hacía falta o era tu ilusión.
  • Cuando recibas algo de los demás, imagínate que lo estás recibiendo de Dios. Dale las gracias. Repercutirá positivamente en tu prosperidad.

MÁS ALLA DEL EGO

Cuando dejamos de desear o de luchar, o sea cuando a veces sin querer nos hemos vuelto receptivos, nos llega aquello por lo que habíamos estado luchando (llave de Oro).

La riqueza nos aguarda en cada esquina mientras nosotros pasamos de largo, sin verla, buscándola con las gafas de los prejuicios de nuestro ego.

El secreto de la verdadera riqueza, de la verdadera felicidad consiste en abrirse a la vibración de la prosperidad con las manos abiertas para dar y recibir.

QUERER ES PODER

Es un mantra que debemos repetirnos permanentemente. Pero para esto debemos saber querer.

  • Querer es mucho más que desear.
  • Querer no es poder si no se sabe querer.
  • Querer es a poder como amar es a ser. Por tanto, para querer algo hay que amarlo.

Si quiere tener dinero debe amarlo, enfrentarse a él con auténtico amor y no con odio o resentimiento.

Solo cambiaremos nuestro destino cambiando nuestra visión del mundo. Si deseamos un destino próspero y pleno, debemos ser capaces de cambiar nuestra visión del mundo.

Para poder hemos de querer y para querer hemos de conectar con aquello que queremos. Si queremos obtener dinero, hemos de ser capaces de conectar con la vibración “dinero”, y para ello hemos de cambiar nuestra visión de la realidad, nuestra percepción de la realidad.

Gran parte de la pobreza y de la infelicidad humana proceden de algo tan simple y tan tonto como la falta de sentido de la realidad.

Cuanta ignorancia en lo que respecta a nuestra riqueza interior.

Si deseamos poder, aprendamos a querer.

Atreverse a ser y podremos, atrévete a ser y podrás.

Pedid y se os dará dice la Biblia, y añade, pero pedid con Fe, todo lo que pidiereis en oración, os lo será concedido.

Si eres capaz de darte cuenta que todo es un regalo vivirás cada día de tu vida como un cumpleaños, estarás renaciendo cada día. Sin inventar nada, sin forzar nada, no adorar a nadie. El camino de la prosperidad es un camino de libertad. Debemos hacer como las flores simplemente florecer, o como las abejas simplemente preparar miel.

Este ejercicio que te proponemos es muy útil y consiste en:

  • Escribe en un papel o libreta tus deseos, a medida que los tengas o cuando se te ocurran. Cuando te sientas particularmente lúcido, repásalo y apunta cuáles son deseos de tu ego y cuáles tuyos. Dicho de otro modo “qué le hace a tu ilusión” y que deseas realmente.

Te llevarás sorpresas.

SI QUIERES ALGO, ES QUE YA LO TIENES

Debemos borrar de nuestra mente la absurda convicción de que “no somos capaces o que no lo merecemos”, tremendo error. Pero si quieres ser rico, potencialmente ya lo eres.

Si queremos algo, es que ya lo tenemos; sólo tenemos que intentar manifestarlo.

Si queremos ser felices, vibremos en la longitud de onda de la felicidad. Si queremos ser ricos y prósperos, vibremos con la longitud de onda de la riqueza y de la prosperidad. Conectemos con ese magnífico emisor/receptor que es nuestra mente con la longitud de onda de la felicidad. Sintámonos felices con lo que tenemos, valorándolo, dándonos cuenta de que es un verdadero tesoro; sintámonos felices con la gente que nos quiere; hagámoslas felices a ellos también. De este modo, poco a poco, iremos sintonizando y veremos como nuestra propia felicidad se acrecienta día a día, minuto a minuto. La verdadera felicidad es como una bola de nieve, nunca lo olvides, que, a medida que avanza, va creciendo, va engordando.

Tu actitud para con el dinero ha de ser exactamente igual: han de ser positivos, has de obrar con prudencia, pero has como si ya tuvieras todo lo que tienes que tener, o al menos como si estuvieras a punto de tenerlo, descartando pensamientos negativos como “yo nunca podré” o “es demasiado para mis posibilidades”. Pensando de este modo, te estás impidiendo a ti mismo lo que deseas.

Debes eliminar del verbo diario “No lo puedo creer” o “Es increíble”.

Has de aprender a ser amable con el dinero, como eres amble con tus amigos. Cuesta ser amable, pero hay que hacer ese esfuerzo, pero no cabe la menor duda, este esfuerzo no se pierde y vale la pena intentarlo. Esto vuelve multiplicado por diez, por cien. Recibirás toda la felicidad de que seas capaz de dar, todo el dinero que seas capaz de dar.

Todo lo que pensamos, sentimos, decimos o hacemos, actúa como un boomerang sobre nosotros. Nada cae en saco roto. Una lógica sutil y misteriosa hace que cosechemos lo que hemos sembrado, y toda nuestra vida no es, al fin y al cabo, sino un inconsciente sembrar y cosechar. Cuanta gente que se cree desafortunado en el tema económico, no está sino cosechando sus errores pasados.

Nunca obremos como si el amor, la felicidad o la fortuna fueran algo lejano, inalcanzable. Hemos de acostumbrarnos a actuar como si ya fuéramos ricos y felices. Nos hemos de visualizar de este modo, descubriendo la felicidad y la fortuna que ya tenemos. Solo entonces podremos conectar con la longitud de onda correcta, aquella que emana y recibe felicidad, aquella que emana y recibe riqueza, aquella que desprende y atrae amor.

Pidámonos a nosotros mismos ser más ricos y felices cada día, y no nos olvidemos de darnos gracias por lo ricos y felices que somos.

El peor de los malentendidos consiste en pensar que cuanto más egoístas seamos, más ricos y felices seremos.

Ser rico es gozar de lo que tenemos y ser capaz de compartirlo; es experimentar que la fortuna nos sonríe, que el dinero, lejos de limitarnos, nos ayuda a expandirnos. Pisotear a los demás agresivamente o encerrarnos en nuestro cascarón, nunca nos harán verdaderamente ricos.

Hemos de aprender a ofrecer la otra mejilla, pero no para que nos cacheteen, sino para que se conozca el otro lado de la moneda, la abundancia, pues amar a nuestros enemigos es la mejor manera de que dejen de serlo. Esta actitud es, ciertamente, una de las mayores originalidades del cristianismo: vencer la negatividad dándole la vuelta.

SIEMBRA Y COSECHARÁS

Cualquier campesino que desea cosechar cualquier cosa sabe muy bien lo que ha de hacer:

  1. labrar bien su terreno
  2. dejar que airee y enriquezca con oxigeno e hidrógeno
  3. plantar la semilla adecuada
  4. regar, y sobre todo,
  5. saber esperar

Estos cinco pasos a nivel natural se revelan como extraordinariamente efectivos. Si el campesino descuida una de ellas, todo peligra y es posible que no pueda cosechar.

Hay que saber querer dijimos, pero hay que saber querer; y saber querer es respetar estos cinco pasos.

Con la mente humana ocurre exactamente lo mismo, pues es igual que un campo. Y un campo puede dar mucho de si o convertirse poco a poco en un desierto.

Primer paso, Para conectarnos realmente con la Fuerza que va a hacernos ricos o, al menos, a descubrirnos lo ricos que ya somos, hemos de aprender a abrirnos a ella.

Abrirse es, a nivel mental, no prejuzgar, ser espectador tanto de lo que nos dicen como de lo que decimos, tanto de lo que piensan los demás como de lo que pensamos nosotros, tanto de lo que les ocurre a los demás como de lo que nos ocurre a nosotros.

Entonces ocurre algo parecido como cuando el oxigeno penetra en los surcos. Cuando esta fuerza ha comenzado a penetrar en nosotros, sentimos como nuestro corazón se ensancha y nuestras pequeñeces egoístas se esfuman, como por arte de magia. Cuando vivimos este estado durante 24 horas del día podemos decir que el campo está preparado.

Abrirse es estar atento a las emociones de los demás y a las nuestras propias: es el secreto de cualquier negociación y si no sabemos negociar mejor que nuestros contrincantes, nunca seremos ricos.

El segundo paso es introducir la semilla, cualquier deseo humano es como una semilla, contiene en si mismo, potencialmente, su realización global y total.

Si deseas prosperidad económica es porque, en cierto modo, hay en ti su semilla. Lo que deseas es algo muy importante, mucho más de lo que puedas creer. Debes encararla de un modo positivo y creativo produciendo felicidad y armonía.

Cuando deseamos algo, ya no hay nada que hacer: tenemos que ayudar a que la semilla se abra y crezca, y puedes hacerlo de 2 maneras:

  • Obtener lo que deseamos
  • Obtener cualquier cosa que te propongas siempre y cuando plantes una buena semilla en el buen campo.

Plantar la semilla es el buen deseo que quiero conseguir.

Somos nosotros quienes jugamos impunemente con nuestra vida y con nuestra felicidad, y lo peor, también lo hacemos con la vida y felicidad de los demás.

Tercer paso: Todo es muy sencillo, se trata sólo de abrir los ojos, de redescubrir cosas que ya sabíamos, aprender a escuchar.

Se trata de descubrir nuestra riqueza interior, nuestro “Reino de los Cielos” y hacer que nuestra vida exterior sea cada día más acorde con nuestra vida interior.

Cuarto paso debemos regar esa semilla, en nuestra comparación, no es sino mandarle nuestros pensamientos positivos, teñidos de la seguridad íntima, inamovible, de que veremos realizado nuestro deseo. Debemos saber que es sumamente útil VISUALIZAR como completamente realizado aquello que deseamos.

Sólo los pensamientos que surgen de nuestra intimidad pueden ayudarnos a hacer crecer las semillas de que hablamos, pues son pensamientos vivos, personales y no convencionalismos.

El quinto paso, una vez plantada la semilla, convenientemente labrada y ha sido regada y labrada con los pensamientos positivos, sólo queda esperar. ESPERAR.

SABER ESPERAR

El peor error y más común es querer hacerse rico en poco tiempo.

La riqueza merecida la has de atraer primero en tu interior y luego, con paciencia, irás viendo cómo se te aparece en el exterior.

Si quieres prosperar has de abrir las ventanas, has de abrir las puertas, mientras más luz entre, más claro será todo.

La vida es divertida, enriquecedora, formadora, apasionante. Todo depende de las ventanas y puertas abiertas.

Atraigamos cuánto deseamos irradiándolo desde lo más profundo de nuestro ser.

Aprendamos a dar lo que deseamos recibir.

Saber esperar no es una virtud, es una manera de ser inteligente.

El hombre sabio y feliz es esencialmente paciente.

Debemos vivir el instante presente, es lo único capaz de conectarnos con la eternidad, ello nos une a nosotros mismos.

Pero debemos tener claros nuestros objetivos: No hay nada mejor para lograr algo que “saber lo que se quiere”.

Después hemos de desearlo con fuerza y hacer lo que esté en nuestras manos para conseguirlo, pero hemos de hacerlo lo mejor posible, eficazmente, impecablemente.

Debemos ayudar a nuestro deseo de varias maneras y una de las más efectivas, es “la Oración”, con constancia, con FE, con la convicción de que nos será concedido.

Otro sistema es escribir nuestro deseo en una hoja de papel poniendo en ella nuestros deseos, con nuestros cinco sentidos y colocar ese papel debajo de la almohada. Parece infantil, pero mientras dormimos, nuestro subconsciente está más abierto, nuestro deseo estará a nuestro lado.

EL TALENTO QUE HAY EN MI FRUCTIFICARÁ Y ME HARÁ RICO

Si quieres que algo crezca y se desarrolle, has de cultivarlo, has de regarlo.

Ama y has lo que quieras, si realmente queremos hacer lo que queremos, hemos, necesariamente, de amarlo.

Es difícil amar a nuestros enemigos, pero existe un único poder capaz de fundir el hielo que separa su corazón del nuestro y es el AMOR, si amamos, desaparecen el temor y el odio en nosotros, y consecuentemente en nuestros enemigos. Les rompemos sus esquemas.

Más que tener muchos millones en el banco, ser rico es ser capaz de disfrutar al máximo lo que tienes. La riqueza no se mide con dinero, simplemente porque no se mide.

Debes sacarte de encima la estúpida idea de que no eres rico.

Has de aprender a confiar en la providencia y saber esperar.

DAR

Es mágico si lo efectuamos realmente desde nuestra intimidad.

Un ejercicio práctico consiste en apuntar en una libreta tus últimos y próximos regalos. Que, a quien y cuando. Analiza por separado, luego en conjunto. Intenta darte cuenta cuando estabas dando calculando y cuando lo hacías de corazón.

Puedes dar mucho más, dando un consejo o un abrazo sinceros, que surjan espontáneamente de tu interior, que prestando dinero.

Puedes dar muchas cosas que no se compran con dinero: tu cariño, tu atención, tu alegría, tu energía, tu tiempo, etc., observa siempre se trata de algo tuyo.

La vida es tanto más generosa y próspera cuanto más libre, y más libre cuanto más le dejamos fluir libremente.

Hurga en tu infancia, sin duda hubo privaciones que hicieron que te comportaras de un modo mezquino.

El regalo desinteresado es el imán más potente de prosperidad.

Cuando hayas orientado tu vida en dirección a la prosperidad has de empezar apuntando en tu agenda las fechas de cumpleaños de tus amigos y conocidos y tener un pequeño detalle con ellos (una simple llamada o un sencillo mensaje escrito por ti, pero personalizado). Pero también puedes hacer regalos espontáneos, porque si, a las personas que aprecias.

Después de dar, lo más importante es saber recibir, saber dar las gracias. Y cuando des o recibas piensa que quien está dando o recibiendo es DIOS dentro de ti y dentro de la otra persona. Y Dios da siempre gratuitamente, sin esperar nada a cambio.

Sigue en Parte 2

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